29 agosto 2006

Nuestros múltiples disfraces, mútiples roles, infinitas posibilidades.

Archivado en: 1. Liderazgo personal, 3.1 Conciencia, 6.1 Maestros — Raúl Herrera L.

mascarasBajo el título El disfraz, aparece la columna semanal de la antropóloga Patricia May, en que nos muestra las limitaciones que incurrimos en nuestra vida cuando vivimos de acuerdo a una imagen social de quién somos, e invita a vivir la vida con mas plenitud, sin disfraces, con su complejidad, con el dolor que implica, y con todas sus infinitas posibilidades

En este mismo artículo, nos advierte, que a menudo llevamos tanto tiempo usándolos, que se ha adherido a la piel, y ya ni siquiera lo vemos, creemos que somos ese personaje que con el antifaz representamos.

Y en un taller del fin de semana con Carmen Cordero, reflexionábamos sobre este punto, no le llamamos disfraz, le llamamos roles, e investigamos los momentos que en nuestra vida adquirimos ese rol, un rol que no elegimos, que nos fue útil para conseguir el afecto y la atención de los que nos rodeaban, y como usualmente seguimos en la vida desarrollando ese rol, aunque en la mayoría de las ocasiones ya no lo necesitamos y como dice Patricia, nos impide vivir la vida con sus infinitas posibilidades.
Y al adquirirlos a edad muy temprana, hace que precisamente no veamos ese rol, nos constituimos en el, es nuestro yo, creemos que somos. Y esa forma de usar ese disfraz, de jugar ese rol, nos mostraba Carmen, se apodera de nosotros en nuestras formas automáticas, rutinarias, de actuar, de relacionarnos con los otros y con nosotros mismos, es una forma que se graba en nuestro cuerpo en relaciones sensomotoras, condicionando nuestro accionar. Indicaba que Francisco Varela ironizaba que nos hemos acostumbrado a creer que “Yo tengo un cuerpo”, en circunstancia que es más lícito indicar” El cuerpo tiene un yo”, o incluso podemos decir que el cuerpo puede tener múltiples yo, varios disfraces.
Así, el soltar ese disfraz, ese rol que nuestro cuerpo sabe jugar, no sólo es tema de una decisión conciente, que lo es, sino va mas allá, significa desarrollar un cuerpo que permita expandir el yo, que se abra a otros roles, a otros disfraces. Y acá interpreto que tener múltiples roles disponibles, múltiples disfraces, sólo me conecta con mi ser de las infinitas posibilidades que señala Patricia May.

Y eso de vivir con múltiples disfraces, puede ser interpretado como un fraude, tenemos el secreto temor de ser un fraude, ya que nunca podemos mostrarnos el ser completo que somos, ser que por lo demás está en permanente evolución y al cual ni siquiera tenemos acceso. En esta imposibilidad, la posibilidad es identificar esos roles, esos disfraces que están latentes en nuestro ser y darles también la posibilidades de expresarse, de esa forma nos vamos completando como seres humanos.
Es un trabajo de largo plazo que requiere de un alto grado de alerta y disciplina, es un camino como indica Carmen, sin atajos. El premio de acercarnos a las infinitas posibilidades es el estímulo