Extraído de los “Diálogos de Big Sur”, simposio interdisciplinario intensivo de tres días organizado por Capra en 1979, -libro citado arriba, donde Capra decide dejar que las "voces" hablen por sí mismas y seguimos el ejemplo plantando marcas-en-blog para futuras derivas:
“Carl Simonton:(…) Para mi el aspecto más emocionante de ésta discusión consiste en ir dando saltos entre sistemas, de modo que no nos quedemos atascados en ningún nivel determinado.
Fritjof Capra: (…) Cuando exploro profundamente un problema de salud, e intento llegar a sus raíces, acabo siempre por encontrarme con ese desequilibrio de nuestro sistema de valores. Pero entonces se plantea la siguiente pregunta: ¿Cuando hablamos de desequilibrio, podemos volver a un estado equilibrado, o vemos en la evolución humana la oscilación de un péndulo? ¿Y cuál es su relación con el auge y decadencia de las culturas?
Hazel Henderson: Me gustaría responder a esta pregunta ciñéndome una vez más al ejemplo específico de la economía. Uno de los problemas básicos de la economía es no considerar el crecimiento evolutivo. Los biólogos entienden perfectamente que el crecimiento crea estructura, y ahora nos encontramos en un punto de la curva evolutiva en el que no hay mayor fracaso que el éxito. (…) Su estructura ha quedado tan anquilosada como la de un dinosaurio, que es incapaz de oír las señales del ecosistema. Bloquea esas señales y bloquea la retroacción social. (…)
Ahora permitidme unas palabras sobre este desequilibrio cultural. La tecnología actual, que yo denomino “tecnología del machismo” o “tecnología del Big Bang”, sin duda está encaminada a primar las actividades competitivas y a desalentar las actividades cooperativas. Todos mis modelos son modelos ecológicos, y sé que en todo ecosistema la competencia y la cooperación están siempre en un estado de equilibrio dinámico. El craso error de los darwinistas sociales consistió en saber ver en la naturaleza solo la sangre en la garra y el colmillo. Vieron solo la competencia. El nivel molecular de cooperación les pasó desapercibido, simplemente porque era demasiado sutil….(…)simplemente porque no disponían de la ciencia adecuada. No percibieron ninguna de las pautas cíclicas, características no solo de los sistemas biológicos, sino también de los sociales y culturales….”
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