Un logro considerable para una obra que, en realidad, no existe.O, al menos, no existe como suele ser habitual en las enciclopedias.Porque Wikipedia no es una colección de volúmenes en una estantería.Tampoco tiene autores reconocidos, ni un plan general. Y no hay que pagar por consultarla. Es, simplemente, una serie de páginas web en las que cada cual puede introducirse desde su ordenador y añadir una nueva entrada o modificar las ya existentes.
Y ahora, Jimmy Wales, el responsable de esta versión virtual de la Biblioteca de Babel de Jorge Luis Borges -«el Universo, que otros llaman la Biblioteca...»- ha anunciado su próximo objetivo: la enciclopedia no debe sólo explicar el mundo, sino cambiarlo.
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