18 octubre 2006

Escritor estadounidense Daniel Goleman cree que es posible "fabricar" el éxito
Fecha edición: 18/10/2006 13:34
El psicólogo y escritor estadounidense Daniel Goleman, autor de La inteligencia emocional, cree que en el futuro podrían "fabricarse" trabajadores con las facultades técnicas y sociales determinantes para el éxito, mediante planes educativos que ayuden a desarrollar las capacidades emocionales y sociales.
Defensor a ultranza del aprendizaje emocional para los niños en las escuelas, Goleman considera que los menores a los que se instruye durante su etapa educativa sobre todos los aspectos de las facultades emocionales y sociales tienen menos problemas escolares, se comportan mejor, son menos agresivos en la adolescencia y, en general, "se desenvuelven mejor en la vida".
Según nuevos estudios, que se publicarán el próximo año, sobre mediciones de inteligencia emocional y social, los escolares que han sido entrenados en estos aspectos presentan un 15 por ciento de coeficiente de inteligencia superior al de la media.
Por eso, este antiguo periodista de la sección de Ciencia del periódico The New York Times está convencido de que en el futuro será posible "fabricar" trabajadores emocionalmente inteligentes, con más empatía y con más capacidad para trabajar en equipo.
Goleman, que ha vendido cinco millones de ejemplares de su libro La Inteligencia emocional, editado en una treintena de idiomas, devela en su última obra las claves del "cerebro social", entendido como una serie de circuitos que orquestan las relaciones interpersonales.
La conciencia social y la aptitud social, traducidas como empatía y destreza, son los ingredientes primordiales con los que se construye la inteligencia social, pilar básico del éxito, del carisma y de la capacidad de liderazgo.
Estas facultades comienzan a aprenderse "desde la primera vez que un bebé mira a su mamá" y, después, cualquier interacción con las demás personas va edificando la inteligencia social.
Daniel Goleman distingue algunas diferencias entre hombres y mujeres en este campo, ya que mientras ellas están más dotadas para la empatía, para sentir lo que está sintiendo la otra persona en ese momento, ellos están más preparados para encarar situaciones estresantes.
Además, sostiene que la capacidad humana de conectar con el cerebro de los demás puede llegar a afectar a todas las células del cuerpo, incluso a los genes, de tal manera que las relaciones interpersonales extremas pueden provocar que el sujeto enferme.
Las emociones de los otros son contagiosas "al cien por cien", añade el psicólogo, precisamente porque el cerebro está programado para conectar con los sentimientos de la otra persona.
En este sentido, dice que hay contagios emocionales buenos -"todos estaríamos encantados de contagiarnos de la felicidad de los demás", señala-, pero también hay emociones "tóxicas", de las que sólo se pueden proteger aquellos que están equilibrados interiormente.
Con todo, Goleman "sospecha" que la humanidad no está a la altura de la palabra "civilización" y advierte de la necesidad de restaurar la compasión en la sociedad y de mejorar la capacidad de conectar con la gente necesitada a fin de garantizar la supervivencia de la especie humana.

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