25 septiembre 2006


Miami Vice:
Bien vestidos y frágiles

Juan Pablo Vilches





Promocionada y (mal) juzgada como un blockbuster, la última película de Michael Mann actualiza la glamorosa serie de los 80 para crear una atmósfera oscura y amenazante donde el glamour de Crockett y Tubbs es apenas un disfraz para ganar batallas en una guerra que sólo se puede perder.


JUAN PABLO VILCHES

La escena cumbre de Ali es cuando su protagonista ve pintado en una pared un dibujo de sí mismo derribando aviones con sus puños. Fue recién ahí cuando tomó conciencia de la magnitud de su propio mito, el que fue forjado conscientemente, pero cuyos resultados escaparon de sus manos. Algo semejante le sucede al periodista de El informante, cuya ética de trabajo lo deja sin trabajo, o al asesino de Colateral, tan perfecto en su oficio que se enajenó de su proceso de total deshumanización. Lo que hacemos nos hace ser lo que somos, incluso -y sobre todo- cuando no nos damos cuenta de ello.

La filmografía de Michael Mann incluye las notables películas recién mencionadas y muchas más, así como algunas series de televisión, entre las que destaca la recordada Miami Vice. Ambientada y realizada en una época dominada por el glam (los 80), esta serie elevó para siempre los estándares de producción de su género y puso visionariamente a Miami como escenario enriquecido por una diversidad cultural y de flujos de todo tipo, lo que se ha exacerbado en el transcurso de 20 años. La reciente película homónima de Mann es su oscura constatación.

Glamour y sinsentido

La operación encubierta de los agentes Crockett (Colin Farrell) y Tubbs (Jamie Foxx) para infiltrarse en la red de un zar de la droga es narrada minuciosamente. Cada etapa y cada contacto son mostrados con todo detalle, tanto por su interés implícito como por la posibilidad de seguir de cerca la relativización de la identidad y las lealtades de quienes deben fingir creíblemente que no son lo que son. Es su trabajo, uno que aparece como difícil y exclusivo, pero cuyo revés consiste en ser en sí mismo una trampa.

Lo notable es que poco de esto se dice en diálogos. La elaboración visual de Mann -la atractiva noche de Miami filmada en digital, las palmeras mecidas por el viento y los desenfoques mientras se mira al horizonte- logra transmitir un tono permanente de fragilidad, de precariedad de las personas en el entorno de esta historia. Con su ritmo contemplativo, su fotografía oscura y su misma trama, la cinta nos deja en claro que el glamour de Crockett y Tubbs es apenas un disfraz con el que los policías tratan de parecerse y acercarse a un enemigo globalizado y de recursos infinitos al que no pueden derrotar.

Sin embargo, la adrenalina de ese trabajo casi suicida no deja espacios para que los protagonistas perciban un sinsentido que se filtra por todas partes, y que se hace fugazmente visible cuando se involucran los afectos.

El punto débil

No es casualidad que ambos detectives estén involucrados sentimentalmente en la historia ni que sea precisamente este aspecto el que termina cerrando la película en un montaje paralelo. Si bien la relación de Tubbs con su compañera de trabajo Trudy (Naomie Harris) está bien llevada y está a la altura de las complejas relaciones entre iguales en las parejas del cine de Mann (Fuego contra fuego), el idilio de Crockett con la traficante Isabella (Gong Li) parece salido de otra parte.

Con un inicio, desarrollo y final provistos de una pátina romántica ajena al ánimo seco y cínico del filme, la historia de Crockett e Isabella funciona más como un elemento necesario para el éxito comercial (esquivo en este caso) que como un límite definitivo para el disfuncional modo de vida y de trabajo de Crockett y Tubbs, el que finalmente se les escapó de las manos. Tal vez sea ése el punto más débil de una muy buena película.

FICHA

Director: Michael Mann.

Actores: Jamie Foxx, Colin Farrell.

Productor: Pieter Jan Brugge, entre otros.

País: Alemania, Estados Unidos.

Año: 2006.

23 septiembre 2006


Entre que el déficit de atención “no existe” o el déficit de atención es una enfermedad neurológica, mi postura no fue buscar un acomodaticio punto medio sino salir de la disyuntiva proponiendo otro punto de vista. La neuroplasticidad y la neurogénesis, evidencian la increíble capacidad de cambio del cerebro, pero el cambio para ser duradero debe ser coherente con el contexto relacional del sujeto. Las personas con TDAH tienen dificultades para postergar la gratificación, lo que dificulta el laborioso y rutinario proceso de cambio personal. A la gente con TDAH yo los invito a vivir una aventura dramática y festiva, con un guión, juegos, música, mapas mentales, misterios, acertijos. La persona comienza escribiendo un perfil de su personaje sus habilidades, recursos, karma y relaciones. Se la invita a dejar de vivir su antiguo guión y empezar a programar uno nuevo, bajo la consigna de que somos según los roles que vamos practicando y el diseño de futuro que vemos en ellos. El proceso de rediseño personal debe cumplir con ciertos requisitos; deben cumplir ciertas condiciones de buena formulación que se irán descubriendo con cada mal resultado.

17 septiembre 2006

DI TOWANDA


Una mezcla de arte y negocio

Los programas de formación de management + teatro de jUEGO iNTEGRAL están pensados para activar y mover a las personas hacia la satisfacción personal y profesional. jORGE oRREGO, socio fundador de la firma, explica que "nos basamos en la idea de que para entender las competencias a desarrollar hay que experimentarlas, no basta con leerlas o escucharlas. Por eso nuestras técnicas teatrales, una mezcla de arte y negocio, nos comprometen al mismo rigor y precisión que los directivos necesitan en sus relaciones humanas basándonos en cuatro ejes fundamentales: cuerpo y voz, intuiciones, mente y emociones". jUIEGO iNTEGRAL@ ofrece programas de formación para crear conciencia y compromiso común entre los profesionales "desde nuestro método de management y técnicas teatrales, trabajando las actitudes, conocimientos y capacidades requeridas para dirigir y gestionar un equipo apoyado por los líderes". oROMENDIA añade que "nuestro trabajo se centra en tratar cuestiones difíciles –motivación, valores, comunicación, objetivos– de un modo sutil. El resultado es un aumento de la eficacia de los equipos a nivel humano y empresarial".

07 septiembre 2006


"En el corazón del español late un funcionario".
Así de rotundo y con cierta ironía inició Marina su discurso en Pamplona. La frase desató risas y murmullos, y con ella el filósofo resumió una realidad: en nuestro país hace falta innovar. O trasladado al tejido económico, "hacen falta empresas inteligentes, que sepan detectar pronto los problemas y los resuelvan con rapidez y eficacia". Y en esta propuesta de Marina, los sentimientos juegan un importante papel. "La innovación supone estar en un estado afectivo especial. En una empresa, se trata de unificar los talentos y motivaciones de los trabajadores para que contribuyan al éxito", explica.
Difícil tarea que, según el filósofo, se complica aún más en nuestro país. "Las empresas españolas se están gastando muchísimo dinero en enseñar a sus empleados a trabajar en equipo, porque no saben hacerlo. En las universidades se crea un ambiente de recelo de unos contra otros, y hay muy poco sentido de colaboración", asegura. Lo que se traduce en ineficacia. "Según las encuestas, España es el país en que más tiempo se pierde en reuniones que no valen para nada. Y tenemos unos horarios laborales disparatados... ¿Por qué hay que estar en la oficina tantas horas? Pues por razones que no tienen que ver con la eficacia", critica.
Según Marina, innovar tiene que ver con ser inteligente. O con actuar de manera inteligente. "Con una inteligencia práctica y no teórica, de resolución de problemas", apunta. También, dice, con una inteligencia compartida, que se demuestra y se hace patente con la conversación. "Una conversación inteligente, que tienda al optimismo y no al pesimismo, que no se quede en la queja, sino que proponga cosas". Y por último, con una inteligencia creadora. "La especie humana es por naturaleza inquieta, tiene que innovar continuamente. El hombre necesita vestirse para no morir de frío, pero acaba creando Armani... Es el mejor ejemplo".
A José Antonio Marina no le extraña que en España se esté tan poco acostumbrados a la innovación. "En el primer diccionario castellano de 1630, novedad se definía así: 'Cosa nueva y no acostumbrada que suele ser peligrosa por traer cambio o mudanza de cosa antigua'", cuenta. "Pero hay que ser optimistas, porque a innovar se aprende", matiza. Pero se lamenta de una realidad: "Se ha reducido mucho la palabra emprender a lo estrictamente económico. Y hay que ser emprendedor, sobre todo, en lo personal. Poner iniciativa, tesón y esfuerzo en nuestra vida".
Porque en opinión del filósofo, las relaciones afectivas y familiares corren serio peligro. "Nuestro mundo carece de patrones fijos de vida. Lo que hay es una especie de bricolaje afectivo, un 'arréglatelas como puedas', y esto genera decepción, desdicha y amargura, además de muchas disfunciones educativas. Hoy en día se invierte muy poco en las uniones, casi no hay compromiso porque si no funcionan, ¿para qué casarse?... Escasea la actitud de enfrentarse a los problemas, de no dejarse vencer por las rutinas".
laS MUJERES EMPRENDEN El 30% de las nuevas empresas han sido creadas por mujeres. En este sentido, según Marina, ellas van por buen camino. "Emprenden para ponerse sus propias reglas del juego a la hora de conciliar familia y trabajo, para ser autónomas, independientes".
Sin embargo, paradójicamente, sólo el 3% de las emprendedoras llega a ocupar puestos de dirección. "Esto es, en parte, porque la incorporación femenina al mundo laboral alto es muy reciente. Hasta 1975, una mujer casada no podía abrir una cuenta corriente, ni viajar, ni mucho menos poner en marcha una empresa sin permiso del marido". Un sentimiento de desconfianza y devaluación del que, según Marina, todavía no se ha librado del todo la mujer. "Se nota en su obsesión por el físico. Muchas de mis alumnas jóvenes piden como regalo de fin de bachillerato una operación de cirugía estética. ¿Por qué? Porque siguen pensando que el físico es su gran valor.".
Emprender es, según José Antonio Marina, un buen camino hacia la felicidad. Para alcanzarla, dice, es necesario armonizar dos grandes necesidades del ser humano: la de disfrutar y la de crear. "Por un lado, necesitamos pasarlo bien, disfrutar de los placeres, sentirnos cómodos y seguros... Pero al mismo tiempo, la comodidad nos intoxica y por eso necesitamos crear algo valioso; propiciar cambios, porque si no, nos hundimos en una depresión.
"El sexo da mucho que pensar. Que una fuerza tan elemental, tan pegada al cuerpo, dé tanto que pensar, da más que pensar todavía. La sexualidad no sólo rompe cabezas, sino que rompe corazones". Así comienza el filósofo José Antonio Marina su último libro: "El rompecabezas de la sexualidad"


"La revolución sexual de la que hablo pasa por la valoración del ser humano y exige una gran energía creadora puesta en marcha por ambas partes"
Texto: Mariló Hidalgo / Fotos: NANA Marina le gusta ponerse en la piel de un extraterrestre que quiere conocer lo que ocurre en nuestro planeta. Desde ahí observa a hombres, mujeres, niños, ancianos, y se pregunta: ¿qué les pasa a esas personas tan raras? Ahora le toca el turno al sexo. "La gente parece obsesionada por el sexo. Se busca, se contempla, se instrumentaliza, se vende. Hay una gigantesca industria del deseo. El orgasmo aparece como la gran metáfora. Un poeta habla de su experiencia creadora y dice que es como un orgasmo. Un futbolista explica lo que siente al meter un gol y dice que es como un orgasmo. Las feministas protestan contra la glorificación del orgasmo, que consideran machista". ¡Dios mío, qué rompecabezas!, diría el extraterrestre. Así que desde ahí, desde la minuciosa tenacidad con la que un niño resuelve un puzzle, Marina nos conduce por "El rompecabezas de la sexualidad" (Anagrama).
-Al principio del libro comenta que escribir sobre sexualidad va a ser una aventura arriesgada. ¿Quiso usted curarse en salud?-(Risas...) Ha sido realmente arriesgado. A la sexualidad desde siempre se le ha considerado un tema terrible y peligroso del que era mejor no hablar. Además algunas cuestiones que abordo en el libro podrían ser malinterpretadas desde el punto de vista de la religión, que tanto ha influido en la moral sexual de los ciudadanos, cosa que espero no ocurra porque me considero una persona tremendamente respetuosa. Al final, lo que sí queda de manifiesto es que la religión católica tiene que enfrentarse a todo el problema de la sexualidad porque los conceptos que tenía hasta ahora se han quedado muy desfasados.
-Históricamente religión y Estado han coincidido y se han ayudado en la tarea de control y represión de la sexualidad ¿Por qué?-Porque quien controla la sexualidad tiene gran poder, ya que el sexo es una gran fuerza que moviliza a personas y sociedades, y eso ha sido una constante en todas las culturas por varias razones. En primer lugar porque estaba relacionada con la procreación y ése era un tema a controlar. De ello dependía el bienestar y la evolución de la especie. En segundo lugar porque formaba parte de uno de los tres deseos más fuertes del hombre capaz de alterar las normas impuestas, junto con la furia -impulso que podía conducir a la violencia- y la codicia -el retener bienes perjudicaba al conjunto de la sociedad-. El tercero estaba relacionado con las expectativas que generaban las relaciones sexuales, ya que si no se cumplían alteraban y rompían la normalidad social -dramas, tristeza, etc.-. En una palabra, era un material peligroso que no se podía escapar de las manos y había que limitarlo de alguna manera. Así surgieron las normas.
-Hablando de normas y moral religiosa, se declara un profundo admirador de Jesús de Nazaret y asegura que mucha de la moral religiosa que se le atribuye, no encaja con su personalidad renovadora que nunca habló de prohibiciones ni de preceptos.-Para mí es la persona más fascinante de la historia. Creo que las grandes personalidades que han cambiado el curso de la humanidad son los grandes maestros religiosos: Buda, Confucio, Mahoma, etc. Jesús de Nazaret es quien más me interesa y no fue un maestro de moral, ni amigo de dar normativas detalladas, precisamente porque él era un revolucionario que iba en contra de los códigos detallados que por aquel entonces tenía el judaísmo. Él funcionaba con conceptos más amplios: Dios es perfecto; Ama al prójimo como a ti mismo... La moral sexual surgió con el tiempo y se fue cargando de una serie de supersticiones, de ideas científicas que había en aquellos momentos y ya están caducas, de intereses políticos, económicos, etc., que nada tenían que ver con Jesús de Nazaret, que en su época fue acusado más de hedonista que de asceta.
-Revisando esas normas hace un inciso en el libro para hablar del incesto y deja en el aire una pregunta: ¿Por qué se ha puesto esta prohibición? "Si el rechazo del incesto fuese una ley biológica, no sería necesaria una prohibición expresa", apunta.-Ése es un gran misterio en el que coinciden muchos antropólogos. Al principio se justificaba desde un punto de vista biológico: impedir malformaciones fruto de uniones consanguíneas. Hoy está demostrado que no tiene por qué ser necesariamente así. Luego, a lo largo de la historia, aparecen diferentes razones para explicar la prohibición del incesto, pero no parecen muy convincentes, aunque como digo está presente en casi todas las culturas. Yo, con todo tipo de cautelas, me inclino a pensar que han sido cuestiones sociales las que han influido en esto. Al sexo se le ha considerado un gran creador de vínculos y a los primeros pequeños grupos les interesaba relacionarse con otros, para aumentar seguridad, poder, bienestar y eso sólo era posible a través de las mujeres -un bien escaso a lo largo de la historia-, que eran las que creaban vínculos. A pesar de ello, para mí la razón de esta norma sigue siendo un misterio.
-Siguiendo con el tema de la mujer, dice que el erotismo es una creación femenina y luego añade: "Aunque el asunto irrita a algunas feministas, parece comprobado que la mujer necesita más tiempo para alcanzar el clímax sexual. Sinceramente, creo que ha sido una ventaja para todos".-Sí, tengo al respecto una teoría. Creo que la sexualidad amorosa, el erotismo sexual -caricias, juegos, relación-, ha sido una gran creación de las mujeres. Ellas han sabido relacionar sexo con amor. Han transferido su amor maternal a las relaciones de pareja, esto ha convencido al hombre y además ha demostrado que es un buen invento. Ahora parece que existe un nuevo movimiento -más aparente que real- donde la mujer parece que quiere copiar los patrones sexuales del hombre: sexo sin complicaciones, totalmente desvinculado. A mi entender si este movimiento triunfase sería una regresión muy dura en las relaciones humanas, porque esa gran y costosa aportación que ellas han realizado podría desaparecer, y el sexo se convertiría en una pura trivialidad que empobrecería las relaciones de unos con otros.
-No obstante, ésa es la imagen que nos están vendiendo.-A mí esa imagen que dan los medios de comunicación de que hoy todo el mundo está "salido", no me la creo. Considero que es una construcción inventada, aunque lamentablemente está creando una especie de modelo a seguir. Como investigación, de vez en cuando hago una revisión sistemática de todas las revistas femeninas, desde las más conservadoras a las más progres. Y no puedo por menos que preguntarme: ¿qué imagen se está queriendo imponer a las mujeres?. ¿Seguro que estas revistas están hechas por mujeres para las mujeres? ¿o se trata de revistas hechas por machistas que están diciendo a las mujeres: ocúpate de estar monísima las 24 horas del día, perfúmate, viste bien, ¡ah, sí! y ten la casa a la última? Vamos, lo de siempre pero teñido de sofisticado. De vez en cuando, alguna revista más atrevida te dice incluso que puedes tener dos amantes, bajo el siguiente argumento: "mira, si ellos han tenido amantes durante tanto tiempo, ¿por qué nosotras no?" ¡Pues sí que habéis ido a copiar un buen modelo!
-También habla usted del hombre femenino...-Sí, pero con ciertas reticencias porque es algo que el hombre aún no se cree. Durante siglos se le ha preparado para una sola cosa: ser duro, combativo, poco dado a las expresiones afectivas, autosuficiente y defensor de su familia. Era el modelo de las tres "P": preñador, protector y provisor. En el momento en que socialmente esto no tiene sentido, porque la mujer dice que no le interesa, pues él se pregunta: ¿y quién demonios soy yo? Por un lado la mujer le comenta que es muy tosco afectivamente y que no cuida la relación. Por otro lado, él no acaba de tener claro que el hacerse más sensible, expresivo, emocional, sea lo que de verdad le guste a la mujer. Mientras tanto, los roles masculinos siguen inmutables, aunque no se atrevan a decirlo en público.
-Así, que a la vista de todo esto sugiere la necesidad de emprender una "segunda revolución sexual". Explíqueme cómo.-La primera revolución sexual nos liberó de una sobrecarga normativa que impedía diferenciar lo sensato de lo insensato. Esto estuvo bien, pero a mi juicio se equivocó, porque propuso un sexo desvinculado. El sexo se convirtió en una actividad poco menos que lúdica, autosuficiente, sin complicaciones. Y eso a la larga generó insatisfacción, especialmente en la mujer, que enseguida notó que algo estaba fallando. Se había hablado al principio de una revolución sexual de la mujer y acabó siendo otra forma de dominación porque esa liberación se había realizado bajo roles totalmente masculinos. Desde entonces han empezado a hablar de cómo ellas ven la sexualidad y yo creo que éste es el camino.
-Un camino abierto para ambas partes...-Sí, la revolución sexual de la que hablo pasa por la valoración del ser humano y exige una gran energía creadora puesta en marcha por ambas partes, dejando a un lado todo lo conocido hasta el momento.
-Podríamos terminar, si le parece, con la última frase de su libro: "Y ahora, sonría, cierre el libro y váyase a vivir..."-¡Por supuesto! Oye, veo que llegaste hasta el final del libro. ¡Enhorabuena! ∆
José Antonio Marina, filósofo y escritor:

«Eduquemos a los niños para formar buenas personas, no para obtener ingenieros»Las «141 preguntas» del Fórum (72): «¿Se puede enseñar a vivir?».

José Antonio Marina, uno de los pensadores españoles más destacados de la actualidad, ha manifestado que la educación puede facilitar el acceso a la felicidad, elemento decisivo para llegar a entender que «vivimos bien». Ha hecho un llamamiento «a una gigantesca movilización educativa» para que los que hoy son niños puedan contribuir a mejorar un mundo «que se gasta cantidades disparatadas en armas». Contrario a que las madres lean demasiados libros sobre la infancia, ha explicado que los niños necesitan «redes afectivas compactas». En este sentido, ha reconocido que «lo más sabio que he oído respecto a ésto es lo que dice un proverbio africano: para educar a un niño hace falta la tribu entera». Más información de 141 preguntas - ¿Se puede enseñar a vivir?Más información de El Cerebro SocialJosé Antonio Marina, catedrático de Filosofía, dedicado desde hace más de veinticinco años al estudio de la fenomenología, la psicología genética, la neurología y la lingüística, ha destacado hoy en el Escenario de la Haima que «no se puede ser feliz en un mundo donde se desprecie a las personas». Tras destacar que «vivir bien» supone alcanzar las aspiraciones de salud, felicidad y dignidad, ha resaltado que la educación puede encaminarnos hacia la felicidad, elemento decisivo en torno al cual giran los demás anhelos. A preguntas del numeroso público asistente al acto ha subrayado que «debemos aprender que los grandes progresos de la humanidad se han conseguido mediante constantes movilizaciones sociales» y que, por tanto, es necesario hacer frente a las corrientes que intentan propagar el mensaje de que «nuestro comportamiento privado carece de repercusiones». Por este motivo ha hecho un llamamiento «a una gigantesca movilización educativa» para que los jóvenes del futuro más cercano puedan contribuir a mejorar un mundo «que se gasta cantidades disparatadas en armas: con 50.000 millones de dólares al año, el 10% del presupuesto militar de Estados Unidos, se podrían combatir las hambrunas y epidemias que asolan a los países del tercer mundo». José Antonio Marina ha finalizado su intervención de esta noche con un ruego: «eduquemos a los niños para formar buenas personas, no para obtener ingenieros». La frase, que ha puesto punto y final a una celebrada participación en el espacio de las 141 preguntas, ha provocado que el público le despidiera con un largo aplauso. Antes de finalizar, no obstante, José Antonio Marina había abordado cuestiones relacionadas con la infancia. Ha afirmado que todos nacemos con unas facultades intelectuales y temperamentos concretos y que los condicionantes genéticos son importantes «aunque no inmutables». Asimismo ha dicho que hasta los 2 o 3 años se puede actuar contra ciertas predisposiciones, pero con el paso del tiempo los cambios son más difíciles: «Que un niño de 2 años sea muy activo no implica que a los 5 sea hostil; sin embargo, un niño que es hostil a los 5, probablemente lo será cuando tenga 10». «Los cambios en el carácter son posibles, aunque complicados», ha concluido. A propósito de la infancia también ha señalado que «si carecemos de sentimientos, careceremos de valores» y ha afirmado que los niños nacen con un sentimiento confuso de bienestar y malestar que se precisa hacia los 18 meses, cuando «sienten espontáneamente el sentimiento de la compasión». «Lo malo es cuando un niño de 4 años no siente compasión hacia los demás, puesto que en más del 50% de los casos esta carencia indica la existencia de malos tratos», ha observado.Este filósofo y escritor ha matizado que «no somos nuestros sentimientos, sino nuestras conductas» y ha explicado que «la inteligencia es similar al póquer: nos dan mejores o peores cartas —mejor que sean buenas, claro—, pero como en el póquer, no siempre gana quien tiene buenas cartas, gana quien sabe jugarlas mejor». Marina ha asegurado que el bebé nace esperando cuidado y caricias: «una de las expectativas más importantes del niño es ser bien acogido». Contrario a que las madres lean demasiados libros sobre la infancia —«yo se los prohibiría porque acaban con sentimientos de culpabilidad»—, ha explicado que los niños necesitan «redes afectivas compactas». En este sentido, ha reconocido que «lo más sabio que he oído respecto a ésto es lo que dice un proverbio africano: para educar a un niño hace falta la tribu entera». José Antonio Marina ha reconocido que las influencias familiares remiten a partir de los 10 o 11 años puesto que de ahí en adelante cuenta mucho «el grupo de sus iguales», y se ha mostrado contrario a la idea de que los niños de ahora se enfrenten a contextos sociales peores que los de antes. Tras destacar que lo más grandioso que ha hecho la humanidad, desde el punto de vista ético, ha sido el sistema de la seguridad social, seguido de la educación obligatoria o el sistema jurídico común, en el capítulo de las drogas, «lo más grave es lo que han heredado de sus abuelos. El 40% de los accidentes de tráfico se deben al alcohol». Catedrático de Filosofía y Doctor honoris causa por la Universidad Politécnica de Valencia, José Antonio Marina (Toledo, 1939) se ha dedicado durante años al estudio de la teoría de la inteligencia, la fenomenología, la psicología genética, la neurología y la lingüística. En su prolífica obra reivindica el ingenio como un valor característico que diferencia al ser humano. Con su primer libro, Elogio y refutación del ingenio, (1992), obtuvo el Premio Anagrama de Ensayo y el Premio Nacional de Ensayo. Es autor, entre otras obras, de Ética para náufragos, El misterio de la voluntad perdida, y La selva del lenguaje. Su creciente repercusión social le ha llevado a recibir numerosos galardones que le han convertido en uno de los pensadores españoles más sobresalientes. En febrero de 2004 colaboró con la Academia de Televisión para la elaboración de un informe sobre la creación de un Consejo Audiovisual de ámbito estatal.