21 octubre 2005

El pensamiento de Epicteto se basaba esencialmente en el siguiente principio: algunas cosas dependen de nosotros, otras no. Dependen de nosotros: la opinión, la acción, el deseo y la aversión. No dependen de nosotros: el cuerpo, las riquezas y los cargos oficiales, de modo que es absolutamente inútil condenarse por ellos. Si te encuentras mal y eres pobre, te equivocas al lamentarte de ello: son cosas que no dependen de ti.
Y he aquí algunas máximas extraídas de su Manual: «Si cobras afecto a una olla, aun sabiendo que es de barro, no te lamentes luego si se rompe. Del mismo modo, cuando beses a tu mujer o a tu hijo, debes decirte siempre a ti mismo: Estoy besando a un mortal, para que, si luego mueren, no tengas que sentirte turbado.»
«Cuando vayas al baño público, no protestes si alguien te salpica. Sabes que en esos lugares hay siempre quien grita, quien roba y quien empuja; y lo mismo sucede en la vida.»
«Nunca digas de algo o alguien: "Lo he perdido'; di siempre: "Lo he restituido".»
«Recuerda que en esta vida eres un actor al que le ha sido confiado un papel bien determinado: procura representarlo bien, prescindiendo del hecho de que sea largo o corto, de mendigo o magistrado, de inválido o de! persona normal.»'
«Estar siempre ocupado por el cuidado del cuerpo es señal de índole miserable.»"
«Anito y Meleto pueden asesinarme, pero nunca ofenderme.»

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