Mientras conversaba con una persona me puse a pensar sobre el tema: ¿por qué pareciera que Sebastián Piñera no se interesa mucho por los demás? Ya había desarrollado un par de hermosas teorías cuando mi interlocutor me dijo: "¡No me estás pescando! ¿No te interesa lo que te estoy diciendo?". Casi lo abrazo de felicidad.
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