La anticipación de metas que cumplirán nuestros impulsos se da a menudo en términos de símbolos. Así, el propósito o la intención pueden llamarse “impulso simbolizado”. Los deseos son para algo. Se puede decir que los impulsos que no están ligados a un objeto que los satisfaría son irracionales o indefinidos. No podemos abordar fructíferamente los “deseos” contraponiéndolos a lo que es deseado. En el deseo, el contenido y el impulso forman una unidad intrínseca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario