Para un concepto en que hay una relación interna absoluta entre la forma del devenir histórico y la actividad humana, tanto la necesidad como la contingencia históricas no son sino actividad humana no reconocida como propia. La reconstrucción del pasado como necesario da cuenta de la soberbia de la razón que no se ve como autora de sí misma. La contingencia no es sino impotencia enajenada. La contingencia no es sino posibilidad enajenada.
Necesidad y teleología no son la misma cosa. Que haya necesidad implica que el concepto es movido, auto construido, dentro del horizonte de la posibilidad. Es decir, que entre el determinismo y el azar, es posible pensar a la posibilidad como posibilidad determinada. La necesidad del proceso histórico no es sino esto : nuestra reconstrucción racional de la posibilidad determinada, y nuestra tarea por hacerla real. Pero nada de esto requiere que haya teleología, es decir, un impulso ajeno al presente histórico que tira hacia un futuro necesario. No hay teleología porque no hay nada fuera del presente histórico absoluto. La teleología no es sino la posibilidad totalizada.
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